sábado, 31 de marzo de 2012

Lo oportuno, lo correcto y lo sincero.

Hola. Hace varios días que no tenéis noticias mías ni de mi reseña del tiempo en este ya pasado mes de Marzo. Venga pues. Vuelvo. A deciros que hoy ha estado la mañana nublada  (y yo también). La temperatura ideal. Los hijos, cada cual a sus quehaceres (como los mochuelos a sus olivos) y nosotros dos, haciéndonos compañía que... ¡ para algo somos dos!.


(De mis soliloquios)


Lo oportuno es lo que corresponde al momento en el que se está actuando. Es oportuno disponer de un plato, de un cuchillo y un tenedor para poder dar buena cuenta de un suculento bistec. Lo oportunísimo es disponer del bistec ya cocinado para que sean oportunos todos los elementos del párrafo anterior. Lo oportuno podría haber sido corresponder a un toque de atención (¿no?) en facebook con otro toque, aunque considero más oportuno obviar una contestación que debería haber sido un no-toque a ese toque. Lo oportuno es conversar en el momento en que la conversación es precisa y no dar la callada por respuesta. Lo oportuno es dar la cara y no la espalda.  Lo oportuno es hablar en voz alta y no cuchichear al oído suplicando lo que para el contertulio es una necesidad. Lo oportuno siempre debe estar justificado y crear la contradicción con lo inoportuno. Lo inoportuno es lo soez, lo falso, lo truculento, lo injustificable, lo subjetivo, lo partidista, lo que no se ajusta a la coherencia. En resumen: lo cobarde. Es inoportuno deshacerse en halagos porque sí. Es inoportuno sonreír en la cara y no expresar la menor sincera estima delante y a espaldas de la persona a la que se juzga.


Lo incorrecto es la negación  de lo correcto. (¡Elemental!). La corrección se rige por unos patrones que, impuestos por las normas de urbanidad necesarias para una convivencia social, se imponen o sugieren a cuantos formamos parte de esta sociedad. Lo urbanamente correcto es caminar dando siempre la derecha a quien se le reconoce mayor categoría cuando los que caminan son sólo dos. Lo correcto será, en el caso de tres caminantes, dejar siempre en el centro  al que se considera de más alto grado social de los tres. Lo correcto es mantener el tono adecuado, el matiz preciso y el volumen requerido por el director del coro que tiene la obligación de exigir que todas las voces se ajusten a las indicaciones del autor. Lo correcto es interpretar conforme a los cánones del arte que se ejecuta. Lo correcto en las liturgias es ajustarse a los ritos. Lo correcto en los actores es mostrar el gesto adecuado y el diálogo aprendido con la mayor fidelidad posible. Lo correcto es lo que no debe resultar chabacano u obsceno. Lo correcto es lo que no se desvirtúa. Lo correcto es lo que crea. 


Quizás mi comportamiento no haya sido nunca ni lo oportuno ni lo correcto. De lo que no cabe duda es de que siempre ha sido sincero. Incorrectamente sincero e inoportunamente sincero para unos y correcta y oportunamente sincero para otros. Nunca me he parado a preguntar a mis contertulios la medida con la que han juzgado la oportunidad y la corrección de mi conducta. Tampoco se les ha ocurrido a ninguno reprocharme una incorrección o inoportunidad. Si se les hubiera ocurrido comparar mi comportamiento para con ellos con el que suele formar parte de mi tónica en el tratamiento social, habrían hecho un juicio de valor, para mí, equivocado. Cada cual es capaz de recibir una opinión que debe ser sincera si dispone de la suficiente mayoría de edad para entenderlo. Quien no escucha una opinión sincera se está perdiendo adivinar  lo que opinan otros que, por no sé qué intereses creados, se callan. Alguien, a quien quiero como ni se imagina, me regaló un libro titulado " Por fin,  un hombre honrado". Querría que se me permitiera decir  que la honradez no existe si no se asienta en estos dos pilares: la justicia y la sinceridad.
Así quiero que se me recuerde.

Frase del día:
"Los pilares de la sociedad son, además de la coherencia, la justicia y la sinceridad"

No hay comentarios:

Publicar un comentario