domingo, 25 de marzo de 2012

KaraKuri

Hoy, día 25 de marzo de 2012, cielos con nubes altas, temperaturas agradables, ausencia de lluvias y de viento. Prácticamente como ayer. La  diferencia es el tiempo político del día 25: elecciones autonómicas en Andalucía y en Asturias. Buenos resultados para los dos partidos más votados en la plataforma política española. Los resultados han llegado a ser desconcertantes. En Andalucía los votos del PP han sido superiores a los de PSOE e IU pero no suficientes para alcanzar la mayoría, por lo que gobernará de nuevo el PSOE, en coalición con IU. En Asturias los resultados han sido tan contradictorios como en Andalucía. Ha sacado más votos el PSOE pero es muy probable que no gobierne al existir la posibilidad de una coalición entre el PP y el FORO. Lo de siempre. Hoy no ha llovido pero, si así hubiera sido, no lo habría hecho a gusto de todos.



Y es que, a veces, los electores nos comportamos como los "karakuri". La culpa la tuvieron esos relojes suizos que llegaron a japón y que los artesanos japoneses, como siempre, despiezaron e investigaron hasta descubrir toda la potencia que una espiral de acero era capaz de desarrollar para producir, por medio de engranajes, esos movimientos que controlan las horas y los minutos.

 Ellos, los artesanos, adivinaron que esta potencia podía ser la base para producir movimientos en autómatas de madera que, a veces como juguetes, otras como objetos experimentales y otras como base de un espectáculo para su teatro de marionetas serían capaces de revolucionar ese mundo de la artesanía de animación a la que se dedicaban. Quizás no podían prever en los siglos XVIII y XIX que, muchos años después, serían la base para todo el mundo de la robótica que, actualmente, es una solución para tareas industriales, espaciales y de cualquier tipo de investigación. Lo que no podían imaginarse que el hombre es tan sagaz que podría ver en ese adelanto a los movimientos automáticos de la mecánica un modo de manipular, con métodos similares, a las masas. 


Nunca podrían pensar que iban a manipular el libre albedrío de la raza humana y, si lo conseguían, debía ser de tal manera que la  propia raza humana no fuera consciente de tamaña manipulación. Tan sólo era preciso buscar una espiral adecuada que acumulara la suficiente potencia, bien limitada y reprimida, y la adecuada manivela y el tope adecuado para darle cuerda y liberar la potencia almacenada en el momento adecuado. Que el tope para liberar la potencia lo podían poseer muy pocos era obvio. 


Que la manivela la iban a activar y a ponerla en funcionamiento unos acólitos de esos pocos también resultaba obvio. Y, ¿en qué situación quedábamos todos los demás que debíamos responder a la fuerza del resorte?. Nuestra situación sería siempre la misma: la del "karakuri" con vestimenta y cara de muñeca japonesa que quedaba activado por una taza de té, por un güisqui en un pub o por unas prebendas que nos parecían gratuitas y que nunca nos pasarían factura. ¡Qué error!.

Frase del día:
"Nadie nos ofrecerá euros a céntimos a no ser que, a cambio, espere cualquier tipo de sometimiento". 

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