viernes, 24 de febrero de 2012

Rinconcillos y Cortadetes

Don Miguel de Cervantes Saavedra

Cervantes, en sus novelas ejemplares, es el gran profeta que muchos hemos seguido, aunque no hayamos sido capaces de descifrar sus diez mandamientos. 
Amó como nadie. Las Dulcineas que le acariciaron en sueños por las noches húmedas de  las mazmorras de Argel, no le abandonaron en ningún momento y por esas mismas caricias le hemos envidiado.  
Los gigantes con sus brazos de molinos le advirtieron de los grandes peligros con los que debería librar batalla en esas tierras manchegas. 

La sabiduría de sus muchos Sanchos le abrieron los ojos para que fuera capaz de observar su entorno con la visión práctica que el pueblo llano posee. 
Sus Insulas Baratarias esculpieron el burdo engaño de la molicie no merecida y, si merecida, no alcanzada nunca. 
Sus Caballeros de novela grabaron a fuego en su alma el fraude de la sociedad que le rodeaba y que era tan irreal como sus condados y ducados así como sus luchas en defensa de la justicia. 
En todo se nos adelantó pero, si en algo Don Miguel fue profeta adelantándose  siglos en su profecía, fue con su novela de Rinconete y Cortadillo. 

Sevilla era el lugar más adelantado económica y socialmente de la Corte. Precisamente en esa ciudad, culmen del desarrollo por su comercio de ultramar, situó la más alta escuela de rufianes y malandrines en la que se enseñaban todas las malas artes precisas para apoderarse de lo ajeno y saber evitar a la justicia. Y nos advirtió que, a lo largo de la historia, nos íbamos a encontrar con innumerables Monipodios, verdaderos maestros del latrocinio y del fraude. 




Hoy día, en pleno siglo veintiuno, han pululado por doquier los Monipodios, Rinconetes, Cortadillos, Chiquiznaques, Maniferros y Ganchuelos que han aprendido tretas más impunes para apoderarse de lo ajeno que el propio Cervantes nunca habría podido imaginar.


Porque nunca imaginó que esas malas artes pudiesen llegar hasta lo más encumbrado de las esferas políticas e institucionales de nuestra democrática querida España.

Frase del día:

"La picaresca del Siglo de Oro no es nada comparada con la que se ejerce actualmente en la primera década del siglo XXI"

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