miércoles, 22 de febrero de 2012

De mis soliloquios: EL UNO y EL DOS


Hoy me voy a limitar a reproducir esta fabulilla de Cayetano Fernández, como aviso para navegantes.
Vivimos un momento en que el orgullo mal entendido hace que no se pueda medrar ni social ni económicamente. Si no somos capaces de desechar la idea de que somos el ombligo del mundo, tampoco podremos aumentar esos valores que nos son necesarios.

Cayetano Fernández - El uno y el dos

(Cádiz, 1820 - Sevilla, 1901)

Graves autores contaron
que en el país de los Ceros
el Uno y el Dos entraron;
y, desde luego, trataron
de medrar y hacer dineros.

Pronto el Uno hizo cosecha,
pues a los Ceros honraba
con amistad muy estrecha,
y dándoles la derecha,
así el valor aumentaba.


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Pero el Dos tiene otra cuerda,
¡todo es orgullo maldito!
Y con táctica tan lerda,
los ceros pone a la izquierda,
y así no medraba un pito.


En suma, el humilde Uno
llegó a hacerse millonario,
mientras el Dos importuno
por su orgullo cual ninguno
no pasó de un perdulario.


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Luego ved con maravilla
en esta fábula ascética,
que el que más baja más brilla,
y el que se exalta se humilla
hasta en la misma Aritmética.


Frase del día:


" Por muy insignificante que nos parezca un pueblo o una cultura, siempre dispone de valores que nos pueden hacer crecer ".

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