El Sábado Santo es para la Iglesia Católica un día sin una liturgia especial. Solamente a últimas horas del día (suele ser hacia las once de la noche) se inician las ceremonias para la celebración de la Vigilia Pascual. A lo largo de este día santo la Iglesia está de luto porque Cristo está en el sepulcro y ha bajado a los infiernos para liberar de allí a los justos.
La liturgia de este día es especial. Se enciende un fuego en la parte exterior del templo, bendiciéndose para santificarlo.
| Bendición del fuego en el Sábado Santo |
Se enciende en este fuego ya bendito el Cirio Pascual que es conducido en procesión por el interior del templo hasta el Altar Mayor. Se inicia la procesión con las luces del templo apagadas y según va progresando la comitiva con el Cirio Pascual levantado, el oficiante canta en voz alta la "Luz de Cristo" y los fieles responden "Demos gracias a Dios". Se repite tres veces cada vez con un tono más alto, encendiéndose cada vez una parte de las luces del templo hasta que se llega al Altar Mayor en que ya se encienden, tras la liturgia de la Palabra con textos que hacen referencia a la salvación del género humano, todas las luces en señal de que Cristo ha resucitado.
Llegado este momento el oficiante entona el canto del Gloria y comienzan a repicar las campanillas de los acólitos y a sonar todas las campanas del templo. A continuación se canta el Alleluya.
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| Cirio Pascual ya en el presbiterio |
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| Campanas repicando tras la Resurrección de Cristo |
En este día las procesiones se detienen no celebrándose ninguna en muchas poblaciones. En algunas se saca en procesión al Cristo de la Buena Muerte. Este es el caso de la ciudad de Toledo. La procesión se realiza por las calles aledañas a la iglesia de San Juan de los Reyes. Si el tiempo no permite realizar el acto procesional en el exterior, se realiza en el interior del templo utilizando para el recorrido los claustros del monasterio.
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| Cristo dela Buena Muerte (Toledo) |
La talla actual del Santísimo Cristo de la Buena Muerte que actualmente desfila en la procesión, es una hermosísima talla de madera barnizada, casi de tamaño natural (de 1,20 m. de altura), de un Cristo que acaba de morir en la cruz. Ha sido esculpida, en 1.972, por el escultor toledano D. Mariano Guerrero Corrales, cofrade e hijo del famoso escultor Guerrero Malagón, quien quiso plasmar en ella, con una gran certeza, el dolor de la muerte de Cristo después de tanto padecer.
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| Virgen de La Soledad (Madrid) |
En Madrid se celebran dos procesiones con las imágenes de la Virgen de la Soledad y el Cristo Yacente, la primera, y la procesión de La Dolorosa
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| Cristo Yacente (El Pardo, Madrid) |
Frase del día:
"Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra Fé" (Apóstol San Pablo)
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