lunes, 16 de julio de 2012

¡Pobre de mí!

Para la mayoría de los "pamplonicas", la noche del 14 de Julio, es la noche  en la que se entona la despedida a esa interesante semana de las Fiestas de San Fermín con todo lo que conllevan de arrojo en los encierros, alegría en las calles, desenfreno en la tasa de bebida y en las desbebidas, carencia de sueño y otro tipo de excesos que para los jóvenes no lo son. 
El ¡Pobre de mí! supone entonar un himno a la esperanza de que el día 6 de Julio del año siguiente estarán de nuevo disfrutando de las mismas fiestas con la misma alegría que las que acaban de concluir.
Pamplona entona su "¡Pobre de mí!" y el resto de las ciudades de España entonan otro "pobre de mí" muy diferente. 
No quieren esperar tanto tiempo, no pueden imaginar que este momento actual dure todo un largo año de privaciones y limitaciones de sus recursos más esenciales. No pueden esperar a un nuevo San Fermín o un nuevo "San Mariano" para que el movimiento económico, la risa, el ajetreo y el jolgorio vuelvan  a llenar las plazas, corralas y calles de sus ciudades. No quieren presumir de que son mejores que los "pamplonicas" y que tienen que correr diariamente, durante trescientos sesenta y cinco días (y eso no hay cuerpo que lo resista), un encierro económico que no termina por desembocar en esa plaza del bienestar que necesitan y desean. 
Quieren que el ¡Riau, Riau!" vuelva a sonar en castellano, en vasco, en gallego o en catalán lo antes posible. Aunque nos vaya a resultar muy difícil, especialmente en estos momentos en que se canta y se baila en alemán.

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